viernes, 6 de noviembre de 2015

- DÍA 5- ... SI PLATÓN LEVANTASE LA CABEZA....

Día quinto de clase.... y todavía sigo sin dar respuesta a la pregunta que el primer día me formulé... ¿ Qué es la belleza? Mucho ha llovido desde entonces y muchas han sido las teorías que hemos estudiado y que han intentado definir este concepto. Lo que sí  que sé, es que si Plátón  o cualquier coetáneo hubiese levantado la cabeza a finales del siglo XVIII; habría contemplado con estupor como muchas de sus afirmaciones eran puestas en entredicho por parte de los filósofos ilustrados.  Pero podrían comprobar como, la pregunta que Sócrates planteaba a Hipias en Hipias Mayor, (¿Que es "lo bello"?) todavía quedaba sin resolver de manera unánime, siendo múltiples los filósofos que se  pronunciaron al respecto.
Uno de ellos fue Edmund Burke, quien en su tratado De lo sublime y lo bello intenta establecer diferencias entre ambos conceptos.
                                                                                        Imagen: Edmund Burk

En su Parte III se centra en diferenciar entre "lo bello" y "lo sublime". Ya hemos hablado de este concepto en entradas anteriores y cuál ha sido el tratamiento que otros filósofos contemporáneos como Kant han dado a cada uno de los mismos. Para Burke, la belleza  es aquella cualidad o cualidades de los cuerpos por los que causan amor o alguna pasión parecida a él. 
Para él la belleza no es proporción, no es virtud, no es adecuación, no es perfección... (menos mal que estas afirmaciones no llegaron al conocimiento de Platón, porque la discusión hubiese dado para largo y tendido). Entonces, partimos de cero y reformamos la pregunta: ¿Qué es la belleza? o mejor aún ¿ Qué causa la belleza? ¿ Cuáles son las    cualidades que se asocian a este concepto que despiertan amor en los individuos? Según Burke seis son las cualidades que, percibidas por el sujeto través de los sentidos permiten clasificar un objeto como bello: comparativamente pequeño, liso, presentar variedad en la dirección de sus partes, sin tener partes angulares, perfil delicado y ser de colores brillantes sin resultar excesivamente resplandecientes.  ¿ Y cómo se traduce esto en el concepto de belleza aplicado al ser humano? Pues, para este autor "para formar una belleza humana acabada, el rostro debe expresar cualidades gentiles y amables como corresponde a la suavidad, lisura y delicadeza de la forma exterior".

De repente, y sin poderlo remediar, me viene a la cabeza la campaña de Adolfo Dominguez "la arruga es bella", que, si bien en su origen hacía referencia a las cualidades del lino, ha sido empleada como lema para abogar por las bondades del paso del tiempo en los rostros, especialmente  en los femeninos.

Numerosos son los rankings que encontramos buceando por Internet sobre "la lista de las famosas que son bellas  incluso con arrugas", reivindicando la convivencia de la dualidad belleza y paso del tiempo, sin recurrir a Photoshop o cirugía estética. Pero, la utilización de cosméticos para prevenir la aparición de  estas imperfecciones  en el rostro es algo que toda mujer que se cuide no puede obviar en sus tratamientos caseros. Entonces, ¿resulta que una mujer que se hace un lifting o cualquier tratamiento de cirugía estética es menos bella sin arrugas que aquella que se aplica cremas hidratantes y cuida su piel todos los días casi de manera esclavizante para evitar la salida de las mismas? La diferencia entre una y otra reside en el método en que deciden eliminar (o retrasar) la salida de estos signos de expresión que, inevitablemente, van a acabar formando parte de nosotros en algún momento del tiempo. No obstante, la sociedad, que promueve la imposición de un canon estético donde la juventud es símbolo de éxito y status social, critica a quienes emplean la primera técnica ( "es guapa, pero porque está operada"), frente a quienes emplean el segundo método (" mujeres que se cuidan y se preocupan por su bienestar") ¿ Es esto justo? En mi opinión, el problema que radica de fondo, es el mismo.

Alejandra Walzer en "La belleza: de la Metafísica al Spot" se pronuncia del siguiente modo: "El bello sexo no se ve bello". Dado que la belleza siempre ha estado vinculada a la mujer (postura defendida por autoras com Alborch), se referencia al mito de la belleza enunciado por Naomi Wolf, según el cual "la belleza existe de manera universal y objetiva, Las mujeres desean poseerlo y los hombres  desean poseer  las mujeres que lo encarnan". Walzer en esta obra sostiene que, basándose en Lipovetsky que  " la publicidad dominante se empeña en situar a las mujeres en el sentido opuesto insistiendo en la                    
idea de una belleza adquirible en el mercado de bienes y educando a las mujeres en una visión consultiva de la belleza". 

Y, una vez más la industria de la cosmética se ve beneficiada por el anhelo de las mujeres de lograr algo tan difícil (por no decir imposible) como es eliminar las arrugas del rostro a partir de una determinada edad. Innumerables son los tratamientos que prometen de manera casi milagrosa eliminar o dilatar la aparición de los signos de expresión para conseguir un rostro que refleje la "eterna juventud", un rostro liso, delicado, bello según Burke.

Y llegados a este punto, no puedo evitar pensar en la definición de belleza del inicio de la entrada... aquella que despierta amor ... Y pienso en mis abuelas. Mujeres de 86 años, que jamás se han puesto una crema antiarrugas, con un rostro pequeño, lleno de ilusión por vivir, en la que cada pliegue de su rostro es reflejo de una experiencia que forma parte de su vida y también de la mía (quién no recuerda las famosas batallitas que nos contaban de pequeños) y no puedo más que pensar que eso es belleza y que, muchas veces, por imposiciones sociales y el deseo de gustar (y gustarnos) nos complicamos la vida más de lo necesario. Porque, como dice Yolanda Sacristán en su carta del mes de noviembre  en la revista Vogue, haciendo alusión a la entrevista que  se mantiene con el fotógrafo Ezra Petronio, "Lo más simple, es siempre lo más bello".