domingo, 15 de noviembre de 2015

- DIA 6 - BELLEZA, QUE COMPLICADA ERES....



"La belleza es ese misterio hermoso que no descifran ni la psicología ni la retórica."
Jorge Luis Borges (1899-1986) Escritor argentino



Seis semanas han pasado desde la clase inicial, en la que el profesor nos formuló la pregunta de marras que tantas reflexiones y discusiones ha suscitado a lo largo de épocas ( y, como no iba a ser menos, en nuestra propia clase). Y hoy, último día, ha vuelto a formular la misma pregunta, con la esperanza de no encontrarse con nuestra cara de asombro del primer día, confiando en que fuéramos capaces de darle una respuesta convincente.

Y así como yo me pregunté en sus inicios, con cierta ignorancia,  lo que suponía la belleza, hoy me  he reformulado la cuestión.... y a pesar de tener más conocimiento sobre su concepto, me veo incapaz de responder con contundencia y seguridad. Porque si algo he aprendido, es que la belleza, por sí misma, no tiene definición.  Para algunos autores se encuentra en las características del objeto, para otros en el ojo de quien la contempla... Algunos autores la han asociado a experiencias sensibles, otros le han atribuido un componente de racionalidad.... Para algunos es la antítesis a la fealdad, otros lo diferencian del concepto de "lo sublime".... Lo que parece indiscutible es que la belleza existe, y al ser humano le preocupa.  Se ha vinculado en algunos momentos de la historia a valores morales, en otros se ha desvinculado de la naturaleza... Al final, si intentáramos trazar una definición sobre este concepto ¿Qué diríamos? ¿ Es lo bueno, lo simétrico, lo proporcionado?¿Es aquello que es capaz de generar placer en el ser humano?¿Radica en la imaginación?¿Depende del sentimiento y no del entendimiento? Las preguntas podrían multiplicarse hasta el infinito, y no tendríamos más remedio que decir que todas son verdaderas y, a su vez, todas no lo son. ¿Cómo puedo afirmar semejante incoherencia? Pues, porque, aquí radica la segunda de las características de la belleza: es un término que no puede entenderse aislado de la sociedad y de la cultura que inunda cada momento de la historia.  Así pues, la primera afirmación será cierta para los pensadores griegos de la época clásica, la segunda corresponderá a la Edad Media, y así sucesivamente hasta recorrer todos los grandes movimientos que han marcado nuestra historia.
Img: Desfile Victoria's Secret

¿Y qué resulta bello ahora? Hace pocos días se celebró el desfile de una reconocida marca de lencería femenina, que encumbra a sus modelos a la categoría de ángeles.
Para la mayoría de las mujeres ese es el ideal de belleza a alcanzar, ya que, en cualquier caso se trata de mujeres jóvenes que han alcanzado el éxito de tan divino prestigio esculpiendo su cuerpo a base de gimnasios, dietas, esfuerzo... y sacrificio. Y es que, como dijo  la polifacética Susan Sontag, "No es el deseo de ser bella lo que está mal, claro, sino la obligación de serlo—o tratar de serlo".

Porque reconozcámoslo, estar bella hoy en día, es un sacrificio. Y no sólo moral, sino también económico. Cremas hidratantes, maquillajes y productos cosméticos varios, cuotas de gimnasio,  entrenadores personales, tratamientos de cirugía, depilación.... la cuenta sigue creciendo. 

Y todo para alcanzar un ideal estético, un canon, el imperante hoy en día, que de lo que puedo estar segura es de que cambiará... y en el futuro otros serán los referentes y las acciones que se emprendan para alcanzarlo. Porque, aquí reside otra de las características de este término se fundamenta en el individuo pero es algo comunitario.  Y, sí... puesto que depende de la sociedad, es algo cambiante, pasajero, efímero.  


Ya lo dijo Coco Chanel, "La belleza comienza con la decisión de ser uno mismo". Y, aunque la mayoría de las mujeres a las que se le pregunta sobre el concepto afirman que se aceptan tal y como son, sabemos que siempre podemos (y a veces queremos) aspirar a más. Por eso, son esas mismas mujeres las que estarían dispuestas a someterse a tratamientos de cirugía estética para modificar  el aspecto de su cuerpo,  para verse mejor, siendo muchas  criticadas por ello. Y yo me pregunto... ¿quién no cambiaría alguna parte de su cuerpo, si le diesen la posibilidad de hacerlo sin recurrir a ningún tipo de tratamiento o realizar ningún tipo de esfuerzo?




¿ A que no resulta tarea sencilla definir en escasas palabras lo que significa la belleza? Porque si hay algo que se ha mantenido a lo largo del tiempo, son  las sabias palabras de Sócrates.. lo bello es  complicado. Cuánta razón....



viernes, 13 de noviembre de 2015

- DIA 5 (Parte II) - ....QUE DISGUSTO SE LLEVARIA


Ya en la entrada anterior hablé de cómo las ideas platónicas sobre la belleza se pusieron en entredicho  durante la Ilustración; haciendo mención a las ideas de  Burke.  "La Belleza, el agrado y la seducción para una estética de la moda y del kitsch", de Inmaculada Murcia Serrano, versa sobre los contraargumentos que han ido surgiendo  a lo largo de las diferentes épocas de lo que Tatarkiewicz denominó Gran Teoría de la Belleza, que no es más que la asociación de ésta a otras cualidades propias de los objetos como la proporción, la simetría o el equilibrio. Y yo, persona curiosa por naturaleza, no he podido dejar de cuestionarme, ¿ Cuáles son esos argumentos? ¿ En qué se basan los distintos autores para afirmar que la belleza no es perfección? ¿ No nos lo han inculcado así los distintos cánones estéticos? ¿ No dijo Diane Vreeland que "tenía que estar perfecta para su marido"? Quiero saber más... y continuo leyendo.

Lo que la Gran Teoría sostiene es que toda las cualidades asociadas a la belleza, según Bodei transmiten al individuo sensación de tranquilidad y sosiego; pero éstas aluden a la racionalidad, a la objetividad, a la perdurabilidad a lo largo del tiempo. En la Ilustración, con Hume como principal representante, se produce un giro: la belleza no es objetiva, sino que depende del sujeto que la contempla. Ya con anterioridad, Ficino argumenta en contra de esta teoría inicial, defendiendo el carácter efímero de la belleza. Y aquí es donde entra en juego el término clave sobre el que voy a basar la entrada: LA GRACIA.

¿Cuántas veces hemos comentado con nuestras amigas, que esa persona de la que estamos hablando, "no es guapa, pero es tan graciosa..."; como si pretendiésemos justificar su falta de perfección con otras cualidades, no perceptibles por la vista, como la simpatía, la habilidad para hacer reír, para crear un entorno agradable a su alrededor.... Pues, vengo a deciros  que lo gracioso está de moda.  Y no lo digo yo porque sí... ¿ Dónde residen las razones de mi afirmación?

Farre lo argumenta del siguiente modo: "A diferencia de lo bello, lo gracioso contará con un elemento de novedad o de movimiento, decisivo a partir de ahora, que será encumbrado una vez que se alcance la conciencia de la modernidad y que dará por finalizado el imperio del carácter intemporal de la belleza".  Pero no queda aquí la cosa... El ensayista William Hogarth en su obra Kritik der Urteilskraft, sostiene que "la regularidad, la simetría o el orden conducen a la uniformidad y de que ésta produce antes o después, aburrimiento. La belleza de la variedad compuesta, lo gracioso, se entiende como una  especie de infracción de la perfección estética, que por introducir variaciones en lo monótono, suscita mayor placer".



Después de leer esto, me quedo atónita.... reflexiono... y sonrío. Esta definición parece la dosis justa de autoestima que necesitaba. En una sociedad que aboga por las mujeres reales, aludiendo a las mujeres que no cumplen los canones estéticos de excesiva delgadez marcados por algunos sectores de la industria de la moda, ser perfecta aburre (a propios y ajenos). Podemos centrar todo  nuestro interés en tener el cuerpo perfecto, a base de dietas, gimnasio, cirugía estética y tratamientos cosméticos... O podemos disfrutar de la vida de otro modo: cuidarnos, llevar un estilo de vida saludable, viajar, disfrutar de un paseo al atardecer por el Retiro, compartir impresiones sobre nuestra última lectura, de contemplar una mañana de domingo soleada en pleno invierno, participar en una conversación inteligente (o absurda) con nuestros amigos.... y ser alguien gracioso, imperfecto, pero jamás aburrido.


Y no estoy afirmando que la búsqueda de la perfección implique renunciar a otros placeres y que se tenga que convertir en algo esclavizante para la persona... pero ya lo dijo William Sheakspeare:

"Procurando lo mejor estropeamos a menudo lo que está bien".

viernes, 6 de noviembre de 2015

- DÍA 5- ... SI PLATÓN LEVANTASE LA CABEZA....

Día quinto de clase.... y todavía sigo sin dar respuesta a la pregunta que el primer día me formulé... ¿ Qué es la belleza? Mucho ha llovido desde entonces y muchas han sido las teorías que hemos estudiado y que han intentado definir este concepto. Lo que sí  que sé, es que si Plátón  o cualquier coetáneo hubiese levantado la cabeza a finales del siglo XVIII; habría contemplado con estupor como muchas de sus afirmaciones eran puestas en entredicho por parte de los filósofos ilustrados.  Pero podrían comprobar como, la pregunta que Sócrates planteaba a Hipias en Hipias Mayor, (¿Que es "lo bello"?) todavía quedaba sin resolver de manera unánime, siendo múltiples los filósofos que se  pronunciaron al respecto.
Uno de ellos fue Edmund Burke, quien en su tratado De lo sublime y lo bello intenta establecer diferencias entre ambos conceptos.
                                                                                        Imagen: Edmund Burk

En su Parte III se centra en diferenciar entre "lo bello" y "lo sublime". Ya hemos hablado de este concepto en entradas anteriores y cuál ha sido el tratamiento que otros filósofos contemporáneos como Kant han dado a cada uno de los mismos. Para Burke, la belleza  es aquella cualidad o cualidades de los cuerpos por los que causan amor o alguna pasión parecida a él. 
Para él la belleza no es proporción, no es virtud, no es adecuación, no es perfección... (menos mal que estas afirmaciones no llegaron al conocimiento de Platón, porque la discusión hubiese dado para largo y tendido). Entonces, partimos de cero y reformamos la pregunta: ¿Qué es la belleza? o mejor aún ¿ Qué causa la belleza? ¿ Cuáles son las    cualidades que se asocian a este concepto que despiertan amor en los individuos? Según Burke seis son las cualidades que, percibidas por el sujeto través de los sentidos permiten clasificar un objeto como bello: comparativamente pequeño, liso, presentar variedad en la dirección de sus partes, sin tener partes angulares, perfil delicado y ser de colores brillantes sin resultar excesivamente resplandecientes.  ¿ Y cómo se traduce esto en el concepto de belleza aplicado al ser humano? Pues, para este autor "para formar una belleza humana acabada, el rostro debe expresar cualidades gentiles y amables como corresponde a la suavidad, lisura y delicadeza de la forma exterior".

De repente, y sin poderlo remediar, me viene a la cabeza la campaña de Adolfo Dominguez "la arruga es bella", que, si bien en su origen hacía referencia a las cualidades del lino, ha sido empleada como lema para abogar por las bondades del paso del tiempo en los rostros, especialmente  en los femeninos.

Numerosos son los rankings que encontramos buceando por Internet sobre "la lista de las famosas que son bellas  incluso con arrugas", reivindicando la convivencia de la dualidad belleza y paso del tiempo, sin recurrir a Photoshop o cirugía estética. Pero, la utilización de cosméticos para prevenir la aparición de  estas imperfecciones  en el rostro es algo que toda mujer que se cuide no puede obviar en sus tratamientos caseros. Entonces, ¿resulta que una mujer que se hace un lifting o cualquier tratamiento de cirugía estética es menos bella sin arrugas que aquella que se aplica cremas hidratantes y cuida su piel todos los días casi de manera esclavizante para evitar la salida de las mismas? La diferencia entre una y otra reside en el método en que deciden eliminar (o retrasar) la salida de estos signos de expresión que, inevitablemente, van a acabar formando parte de nosotros en algún momento del tiempo. No obstante, la sociedad, que promueve la imposición de un canon estético donde la juventud es símbolo de éxito y status social, critica a quienes emplean la primera técnica ( "es guapa, pero porque está operada"), frente a quienes emplean el segundo método (" mujeres que se cuidan y se preocupan por su bienestar") ¿ Es esto justo? En mi opinión, el problema que radica de fondo, es el mismo.

Alejandra Walzer en "La belleza: de la Metafísica al Spot" se pronuncia del siguiente modo: "El bello sexo no se ve bello". Dado que la belleza siempre ha estado vinculada a la mujer (postura defendida por autoras com Alborch), se referencia al mito de la belleza enunciado por Naomi Wolf, según el cual "la belleza existe de manera universal y objetiva, Las mujeres desean poseerlo y los hombres  desean poseer  las mujeres que lo encarnan". Walzer en esta obra sostiene que, basándose en Lipovetsky que  " la publicidad dominante se empeña en situar a las mujeres en el sentido opuesto insistiendo en la                    
idea de una belleza adquirible en el mercado de bienes y educando a las mujeres en una visión consultiva de la belleza". 

Y, una vez más la industria de la cosmética se ve beneficiada por el anhelo de las mujeres de lograr algo tan difícil (por no decir imposible) como es eliminar las arrugas del rostro a partir de una determinada edad. Innumerables son los tratamientos que prometen de manera casi milagrosa eliminar o dilatar la aparición de los signos de expresión para conseguir un rostro que refleje la "eterna juventud", un rostro liso, delicado, bello según Burke.

Y llegados a este punto, no puedo evitar pensar en la definición de belleza del inicio de la entrada... aquella que despierta amor ... Y pienso en mis abuelas. Mujeres de 86 años, que jamás se han puesto una crema antiarrugas, con un rostro pequeño, lleno de ilusión por vivir, en la que cada pliegue de su rostro es reflejo de una experiencia que forma parte de su vida y también de la mía (quién no recuerda las famosas batallitas que nos contaban de pequeños) y no puedo más que pensar que eso es belleza y que, muchas veces, por imposiciones sociales y el deseo de gustar (y gustarnos) nos complicamos la vida más de lo necesario. Porque, como dice Yolanda Sacristán en su carta del mes de noviembre  en la revista Vogue, haciendo alusión a la entrevista que  se mantiene con el fotógrafo Ezra Petronio, "Lo más simple, es siempre lo más bello".