viernes, 30 de octubre de 2015

- DIA 4- SOBRE LA PERFECCIÓN Y LA CIRUGÍA ESTÉTICA

 "Tenía que estar perfecta". 

Con estas contundentes palabras se pronunciaba Carmen Elías, en su magistral interpretación de Diane Vreeland, editora de Vogue y Harper's Bazaar en la obra Al Galope que se representa actualmente en el Teatro Español.
La protagonista del monólogo narraba así el amor y los sentimientos que muchos años después de su matrimonio,   sentía  hacia su  atractivo marido, Thomas Reed Vreeland, corredor de bolsa.
Desde pequeña, Diane creció con un fuerte complejo por su rostro peculiar y sus constantes comparaciones con su hermana, mucho más bella a la vista de su madre. Este hecho, en lugar de suponer un handicap que minara su confianza y autoestima, la reforzó para forjarse un carácter único e irrepetible: irónica,  con una visión innovadora, transgresora... pero sobre todo, genuina. Y para muestra, la siguiente fotografía:

                                        Imagen: Diane Vreeland. Fuente: www.rosellagdp.com


Pero lo que a mí me llamó la atención fue el verbo empleado: "Tenia que...". Ella misma se impuso la obligación de arreglarse y acicalarse para que, a los ojos de su marido, ella fuese perfecta, la más bella. Sin embargo, en su obra Edmund Burke, "La perfección no es causa de belleza" argumenta que, en contra de lo que la Gran Teoría establecía, en la que existía una conexión entre ambas cualidades; en los objetos sensibles la perfección en sí deja de ser causa de la belleza, por ejemplo en las mujeres, donde cualidades como la modestia (que define como "la confesión tácita de la imperfección"),  es vista como una cualidad amable.

Haciendo alusión a la entrada anterior, ya explicamos que Kant atribuía determinadas cualidades a las mujeres, que tildaba de bellas. Sin embargo, poco tenían que ver con la belleza asociada a la perfección clásica de la época helénica.

Sin embargo, la búsqueda de la perfección física sigue siendo un tema que ocupa (y preocupa) a gran parte de la sociedad actual. Y digo que ocupa porque la cirugía estética es una de las grandes industrias del momento. En el artículo de Naomi Wolf " El mito de la belleza" ,  se indica que, la industria de la cirugía estética supone 300 millones de dólares anuales. En este sentido, otros autores como Hargraves sostienen que los avances en  tecnología  y el sistema económico actual han hecho posibles el auge de la transformación corporal.

Otras autoras, como Kathy Davis,  en su obra Reshaping The Female Body: The Dilemma o f Cosmetic Surgery, se pronuncia del siguiente modo:"Mi análisis está situado en el filo de la navaja, entre una crítica feminista a la cirugía estética (acompañado de las ideologías de inferioridad femenina que las sustentan) y un deseo, igualmente feminista, por tratar a las mujeres como agentes que negocian sus cuerpos y sus vidas dentro de las limitaciones culturales y estructurales de un orden social basado en los géneros. Esto ha significado explorar la cirugía estética como una de las expresiones más perniciosas de la cultura de la belleza occidental, sin dejar de lado a las mujeres que consideran la cirugía estética como una “droga cultural”. Ello ha implicado entender cómo la cirugía estética podría ser el mejor procedimiento para unas mujeres en particular, mientras, al mismo tiempo, problematiza las limitaciones situacionales que convierten la cirugía estética en una opción." Con este fragmento, lo que pretende es enfatizar la autonomía femenina en relación con este tipo de operaciones, defendiendo que las mujeres puedan "tomar las riendas" de su vida y que, en caso de desear recurrir a la cirugía para modificar algún aspecto de su cuerpo; que lo hagan por voluntad propia, y no para ser vistas y aceptadas por el género masculino.

Otros artistas contemporáneos como Orlan, apuestan por la reivindicación de los mismos aspectos.  Se trata de una artista multimediática que realiza varias performances a través de la práctica de operaciones de cirugía estética sobre su propio cuerpo, para situarlo como eje protagonista de su actuación. Define su obra como un arte carnal que denuncia las presiones sociales ejercidas sobre el cuerpo femenino, considera caduca nuestra noción del cuerpo y propone un uso de la tecnología aplicado a la vida humana donde todo pueda ser intercambiable y renovable para lograr un ser humano "más feliz". 

En este sentido se plantean otras cuestiones, que varias corrientes filosóficas y de pensamiento han intentando debatir. La modificación del cuerpo humano a través de la cirugía, ¿Supone una mentira? ¿ Podemos ( y tenemos el derecho moral) de cambiar a nuestra propia voluntad aquello que nos ha sido dado por Dios? Autores como Ford afirman :“Este cuerpo humano no debería ser visto como un dado biológico, sino tan contingente como cualquier otra cosa que hacemos. Deberíamos poder escoger cómo rediseñamos nuestros cuerpos [... Es un] tema de elección individual y no uno de una especie de ingeniería social”[v] (Ford, 2011).

El debate social está abierto y en boca de todos.... muchas son las opiniones y variadas son las teorías que las sustentan. Pero, para finalizar esta entrada, recurriré  una vez más a la persona que ha motivado la entrada en mi blog: Diane Vreeland ( interpretada por Carmen Elías), quién, sentada en el sillón rojo de su apartamento en Nueva York,  mientras mantenía una conversación con el director del Museo Metropolitan, sentenciaba acerca de un vestido de la colección expuesta: "¿Y de qué me sirve que sea auténtico, si es feo?"





viernes, 23 de octubre de 2015

- DIA 3- SOBRE MITOS Y ARQUETIPOS FEMENINOS- La femme fatal- 


“La mujer fatal es la que se ve una vez y se recuerda siempre. Esas mujeres son desastres de los cuales quedan siempre vestigios en el cuerpo y en el alma. Hay hombres que se matan por ellas; otros que se extravían...

         (R. del Valle Inclán, La cara de Dios, 1900.

Empezamos el tercer día de clase y el profesor nos muestra varias obras pictóricas, de entre la que me llama la atención la siguiente:

    Ulises y las sirenas (1909), Herbert James Draper

El artista victoriano ha pretendido representar en su obra el mito de Ulises tal y como se describe en la Odisea.  Según este relato, Ulises decide emprender camino a Ítaca. Previamente, es advertido por la diosa Circe de los peligros a los que va a tener que enfrentarse en su travesía, siendo uno de ellos el canto de las sirenas. Según la mitología griega, las sirenas eran mujeres hermosas que habitaban en la isla de Artemisa y que, a través de sus cánticos , eran capaces de anular la voluntad masculina, abrumándolos y haciendo que su navío se estrellase contra los arrecifes. Ulises, para evitar sucumbir a sus encantos, pidió a los miembros de la tripulación que le pusieran cera en los oídos y que lo ataran al palo del mástil. A pesar de que Ulises se sintió tentado por estas figuras femeninas, finalmente consiguió salir exitoso de la situación y continuar su ruta, habiendo superado esta prueba satisfactoriamente.

Ya en este mito proveniente de la Grecia clásica se está poniendo de manifiesto la asociación (con connotaciones negativas en este caso) entre excesiva belleza, la feminidad y la seducción.

Y yo me pregunto, ¿Cómo es una "mujer fatal"?

Han existido muchas representaciones de la misma, no tan sólo en leyendas  y mitos (sirenas, arpías,  vampiresas...) sino también en obras literarias. Algunos ejemplos de mujeres que encarnan este mito podrían ser  los personajes de Emma Bovary, (Flaubert, 1857); Ana Karenina, (Tolstoi, 1877) y Effie Briest, (Fontane, 1895) y, como no la femme. fatal por excelencia, Lulú (Wedekind, 1891).

Todas estas mujeres se caracterizan, no tanto por un determinado arquetipo físico, sino por unos rasgos morales comunes. Según la escritora Marta Sanz, autora del libro " La mujer fatal" ; ésta presenta las siguientes características: 
"Es sexual, ambiciosa, femenina hasta el extremo o ambiguamente viril, ávida de dinero y poder en ocasiones, ansiosa por disfrutar de su cuerpo, libre hasta la amoralidad casi siempre. La mujer fatal cautiva a hombres y mujeres porque lleva la perdición -la del hombre o la suya propia- en el carácter, porque rompe los tabúes e infunde un temor que acaba seduciendo a los hombres y fascinando a las mujeres. " Según esta autora, que estudia este mito a través del análisis de textos literarios que se hacen eco del mismo a lo largo de la historia, "La mujer fatal no tiene por qué tener una belleza perfecta o una maldad genética".

No obstante, en el cine encontramos ejemplos de femme fatal en los que todas se caracterizan por unos bellos rasgos. No estoy hablando de belleza en el sentido clásico (helénico) de la belleza, simétricas y proporcionadas, sino una belleza que va más allá. Se trata de una belleza inquietante, que perturba y, al igual que las sirenas, anula la voluntad masculina. Ejemplo de ello son grandes actrices como Ava Gadner, Marlene Dietrich o Rita Hayworth y, como no, la eterna musa de la sensualidad, Marilyn Monroe. Todas ellas, en algún momento de sus carreras han protagonizado películas cuyo personaje principal ha sido descrito como de "mujer fatal" porque se identificaban con algunos de los rasgos descritos anteriormente.

                                     














Imagen: Rita Haywoth


Inmediatamente al leer estas declaraciones, la pregunta que me había asaltado en primera instancia se vuelve mucho más profunda, se convierte en algo que va más allá de la simple descripción de un mito, implica el entendimiento de una cultura y unas costumbres sociales para poder ser respondida correctamente. ¿Por qué asociamos estos adjetivos a una mujer?¿Cuáles son las causas por las que, al igual que existe un concepto de "mujer fatal" no existe un mito sobre el "hombre fatal"?

La respuesta se debe a que, durante décadas la sociedad ha convivido con un modelo patriarcal aceptado y promovido por las leyes y costumbres de cada época. En la entrevista realizada por El Mundo a Marta Sanz,  ésta afirmaba: "En la mujer fatal, los hombres reflejan sus miedos frente a lo femenino, que a ellos les resultan fascinantes y misteriosos, una visión que nosotras asumimos pacíficamente". Y es que el mito al que nos vemos refiriendo reúne dos conceptos que el hombre considera peligrosos: por un aparte la capacidad de poder tomar decisiones propias que alteran el juicio masculino unido a una belleza cautivadora y seductora para lograrlo.

Y es que, ya desde Cicerón existía una doble percepción de la belleza, que se mantiene en la época de la Ilustración.  Así, por ejemplo, Kant, en su obra,  "Lo bello y lo sublime: ensayo de estética y  moral", establece una distinción entre "lo sublime" y "lo bello".   A los elementos de la primera categoría les atribuye adjetivos como "inteligencia", "audacia", "respeto"; a los elementos bellos los equipara a  cualidades tales como "ingenio", "cortesía", "finura"... Bajo esta clasificación subyace una clara distinción de géneros, lo sublime son habilidades típicamente atribuidas al género masculino; las segundas quedan relegadas al ámbito femenino, de la mujer doméstica.

... Y llega la femme fatal y  lo revoluciona todo. ¿Acaso una mujer no puede tener autonomía en sus decisiones? ¿ No puede ser inteligente, audaz, tomar las riendas de su propia vida sin ser tildada como un enemigo del género masculino, que impide su propia capacidad de decisión?
¿Es cierto que la excesiva belleza femenina puede alterar el juicio masculino hasta el punto de anular y modificar a su antojo dicha voluntad? ¿Y no podría ocurrir al revés? ¿ Nunca las mujeres nos hemos visto condicionadas por la belleza sublime,  casi apolínea de un hombre, y hemos tomado decisiones influenciadas por éste?. Partiendo de la primera cuestión ¿cómo se explica entonces, la presión constante hacia las mujeres por estar siempre bellas, perfectas y dentro de los cánones estéticos marcados por la industria de la moda en cada momento del tiempo?¿ No responde acaso a la continuación de un modelo patriarcal donde la mujer ha de esforzarse para recibir el beneplácito masculino?.

A pesar de los grandes avances que sea hecho desde los primeros movimientos feministas, las mujeres continuamos siendo las grandes presionadas por la industria de la belleza  y de sus concursos. En este sentido, es revelador el discurso pronunciado por Emma Watson, embajadora de Buena Voluntad de la ONU, en el que abogó por la necesidad de las mujeres de poder tener las mismas oportunidades que los hombres, tomando de manera autónoma y propia todo tipo de decisiones, incluyendo las relativas a su propio cuerpo, tengan las mismas oportunidades laborales y sean tratadas de manera igualitaria a los varones en cualquier parte del mundo.

En síntesis, que una femme fatal deje de ser percibida como alguien peligroso y de quien los hombres deben estar precavidos y alertados,  y que las mujeres podamos ser vistas por la sociedad no sólo como algo bello,  sino también como algo sublime.

sábado, 17 de octubre de 2015

DIA 2- ¿LOS NÚMEROS SON BELLOS O LA BELLEZA SON NÚMEROS?

- DIA 2- ¿LOS NÚMEROS SON BELLOS O LA BELLEZA SON NÚMEROS?

Le planteo esta pregunta a una amiga mía,  después de haber asistido a la segunda sesión de la asignatura el concepto de belleza. Ella, que nunca ha sido muy de ciencias, me mira perpleja y me contesta : "Lledó, ni  una cosa, ni la otra. Ya sabes que nunca se me han dado bien los números ni los problemas matemáticos, así que obviamente, no encuentro la belleza en los mismos; y no creo que la belleza, siguiendo este razonamiento, esté basada en números... porque si una cosa bella tiene un razonamiento inspirado en sucesiones numéricas,  me resultaría tan aburrida que dejaría de ser bella!".
Ante tal respuesta, decidí rebatirla y convencerla con algunos de los argumentos que había aprendido en la clase.

Le pregunté de nuevo: "¿Te parecen bellas las pirámides de Egipto?" ; a lo que me respondió: "Claro, ¿ A quién no le gustan?". Le pregunté de nuevo, (exponiéndome a que dejase de ser mi amiga ante semejante interrogatorio), " ¿ Y las pipas de girasol?, ¿ Te parecen bellas?" 





La mirada de atonía de mi amiga iba en aumento... Hasta que le contesté : " Pues ambas responden a la  espiral, secuencia o serie de Fibonacci, también llamada proporción áurea". 

Esta es un número irracional que descubrieron pensadores de la Antigüedad al advertir la proporción existente entre dos segmentos pertenecientes a una misma recta. De forma simple, la Proporción Aurea establece que lo pequeño es a lo grande como lo grande es al todo. 

Podemos encontrar ejemplos de esta proporción en  la música, el arte clásico, elementos de la naturaleza a través de la secuencia Fibonacci o incluso en nuestro propio cuerpo.

La sucesión de Fibonacci es la siguiente:1,1,2,3,5,8,13,21,34,55,… y su representación gráfica seria la siguiente:



Pero, "¿Qué tiene de especial esta sucesión? ", preguntó mi amiga, cada vez más intrigada. Como Drunvalo Melchizedek apunta en su primer libro "El antiguo secreto de la Flor de la Vida", la Naturaleza utiliza esta propiedad para construir sucesiones de longitudes que convergen a la Proporción Aurea, como son las distancias entre ramas sucesivas de un árbol, o las hojas sucesivas en una rama, o las dimensiones de nuestro propio cuerpo, lo que provoca fenómenos naturales como los siguientes:



Ante estas imágenes, mi amiga no pudo negar la belleza de las mismas; por lo que continué explicándole que, para los pitagóricos existía una relación entre belleza y armonía que se expresaba a través de los números, con los que intentaban explicar también la naturaleza del cosmos. 

Parece mentira que algo que hemos rezagado al ámbito de lo complejo, lo aburrido o lo tedioso, como puede pensar algunas personas que son los números están tan presentes en nuestras vidas , y de tan diversas maneras: construcciones arquitectónicas, proporciones humanas, obras de arte... incluso fenómenos naturales pueden explicarse a través de sucesiones y relaciones numéricas. Por el hecho de comprender cómo algunos de los fenómenos naturales aparentemente aleatorios y sin razón que los justifique hallan su explicación en relaciones basadas en los números hace que cobren una belleza adicional. Y es que, siguiendo las enseñanzas de Aristólteles la belleza es conocimiento

Tras mi exposición argumental acerca de cómo los números  y el orden (sucesión) entre ellos podían, no sólo generar elementos y construcciones arquitectónicas de gran belleza (como el Partenón), sino resultar bellos en sí mismos (sí, al contrario que mi amiga, yo encuentro bellos los números en sí), me quedé más que satisfecha, cuando mi amiga sentenció: " Lledó, después de haberme explicado todo esto, creo que tengo respuesta a la pregunta que me has hecho hace un rato... A pesar de que nunca encontraré bellos los números, no puedo negar que la belleza son números".


Y si os planteara la pregunta a vosotros.... ¿ compartís esta respuesta?


domingo, 11 de octubre de 2015

- DIA 1 - INTRODUCCION AL CONCEPTO DE BELLEZA.

....  Y allí estaba yo, con mi montón de folios preparado para poder tomar todo tipo de notas sobre las explicaciones que  el profesor de la nueva asignatura iba a facilitarnos sobre el concepto de la belleza. Y cuando oí el proyecto  que nos propuso a modo de trabajo de evaluación, me quedé petrificada... ¿ Iba a ser capaz de crear un blog; yo que nunca he sido muy proactiva en las redes sociales? Pero el problema que subyacía bajo mi temor no era tanto la creación de un espacio virtual donde quedasen reflejados mis pensamientos, sino el respeto que sentía hacia la pregunta que se estaba gestando en mi interior, porque, para hablar del concepto de belleza, en primer lugar tenía que formularme a mí misma la cuestión más simple de todas....
¿ Qué es la belleza?
Según la Real Academia de la Lengua Española, belleza se define  en su primera acepción como  la propiedad de las cosas que hace amarlas, infundiendo en nosotros deleite espiritual. Esta propiedad existe en la naturaleza y en las obras literarias y artísticas.
Esta definición no me resulta excesivamente aclaratoria, y me plantea otra serie de inquietudes: ¿La belleza es, entonces, objetiva al tratarse de una propiedad inherente a las cosas a las que se asocia? ¿ O se trata de un concepto subjetivo, según el cual, "depende de los ojos del que la mira"?¿ Cuáles son esas propiedades que permiten atribuir dicho adjetivo a aquello que estamos contemplando?

A pesar de que algunos autores contemporáneos como Denis Dutton sostienen que la belleza es un concepto que surgió a raíz de la evolución de la especie, como forma de mantener la selección sexual (basándose en los estudios de Darwin sobre la evolución de la misma), los primeros tratados sobre este concepto se remontan a la época helénica, siendo Platón de los primeros en elaborar un tratado sobre esta materia, asociando el término belleza a otras ideas tomadas de Pitágoras como el equilibrio, la simetría, la armonía o la claridad. Adicionalmente, en Grecia se pensaba que existía una triada entre belleza, bondad y virtud; lo bello era bueno, justo y virtuoso; asociando de este modo  implicaciones morales y estéticas. Ejemplo de ello es el diálogo mantenido por Sócrates e Hipias en Hipias Mayor,  donde, tras una serie de reflexiones sobre " qué es lo bello", concluyen que "Lo bello es difícil", ante la imposibilidad de encontrar una definición que resuma con claridad dicho concepto.

Encontramos  también esta asociación de ideas entre la Belleza, el Bien y la virtud en Plotino; donde  se hace explícita la relación entre la belleza y lo armónico y simétrico.

Siguiendo las ideas planteadas por estos filósofos,  todas aquellas manifestaciones artísticas que sean simétricas, armónicas y  que guarden proporción en sus formas, pueden ser consideradas como bellas, negando este adjetivo a aquéllas que no las cumplan.

No obstante, en la época actual tildamos de "bellas" representaciones artísticas ( visuales o auditivas) que para nada cumplen estas características. Ejemplo de ello son muchas de las fotografías que se pueden contemplar en el Museo Thyssen en la exposición Vogue like a painting, que pudimos visitar junto con la comisaria de la misma Debbie Smith la semana pasada todas nosotras.

Debbie nos explicó que muchos de los fotógrafos que han aceptado a mostrar sus obras no buscan la perfección en ellas; dejando algunos detalles sin corregir. Uno de ellos es Irvin Penn, quien es el autor de la obra inicial que encabeza la exposición y que muestro a continuación:



En mi opinión, es una de las fotos más bellas de la exposición; no sólo por la delicadeza del traje de  la modelo, sino por la complejidad en la elaboración de la máscara y por el significado que transmite la misma. Según nos explicaron, la máscara  con forma de ratón significa la oscuridad que tienen las mujeres provocadas por Walt Disney y sus películas, que evocan un ideal de amor y la búsqueda de un príncipe azul, que nada tiene que ver con la realidad.

Siguiendo los cánones griegos y posteriores opiniones propias de la corriente estética, esta obra no podría ser clasificada como "bella", puesto que no cumple ninguno de los requisitos exigidos para merecer tal definición. Es inexistente la proporción entre la máscara que cubre a la modelo y  su rostro. Tampoco existe simetría en la propia máscara, ya que la oreja derecha es más grande que la izquierda y el rabillo negro que asoma es demasiado pequeño en comparación con la totalidad de la "cara" del ratón. A pesar de ello, no puedo dejar de contemplar esta imagen y sostener mi opinión sobre la belleza que desprende.

Por tanto, tras haber reflexionado sobre el significado de belleza; y tras haber indagado sobre las diferentes definiciones proporcionadas al respecto; no he podido encontrar respuesta a la pregunta que me planteé al inicio de la reflexión. Sin embargo, no puedo estar más de acuerdo con Sócrates cuando afirma que " Lo bello es complicado".