viernes, 23 de octubre de 2015

- DIA 3- SOBRE MITOS Y ARQUETIPOS FEMENINOS- La femme fatal- 


“La mujer fatal es la que se ve una vez y se recuerda siempre. Esas mujeres son desastres de los cuales quedan siempre vestigios en el cuerpo y en el alma. Hay hombres que se matan por ellas; otros que se extravían...

         (R. del Valle Inclán, La cara de Dios, 1900.

Empezamos el tercer día de clase y el profesor nos muestra varias obras pictóricas, de entre la que me llama la atención la siguiente:

    Ulises y las sirenas (1909), Herbert James Draper

El artista victoriano ha pretendido representar en su obra el mito de Ulises tal y como se describe en la Odisea.  Según este relato, Ulises decide emprender camino a Ítaca. Previamente, es advertido por la diosa Circe de los peligros a los que va a tener que enfrentarse en su travesía, siendo uno de ellos el canto de las sirenas. Según la mitología griega, las sirenas eran mujeres hermosas que habitaban en la isla de Artemisa y que, a través de sus cánticos , eran capaces de anular la voluntad masculina, abrumándolos y haciendo que su navío se estrellase contra los arrecifes. Ulises, para evitar sucumbir a sus encantos, pidió a los miembros de la tripulación que le pusieran cera en los oídos y que lo ataran al palo del mástil. A pesar de que Ulises se sintió tentado por estas figuras femeninas, finalmente consiguió salir exitoso de la situación y continuar su ruta, habiendo superado esta prueba satisfactoriamente.

Ya en este mito proveniente de la Grecia clásica se está poniendo de manifiesto la asociación (con connotaciones negativas en este caso) entre excesiva belleza, la feminidad y la seducción.

Y yo me pregunto, ¿Cómo es una "mujer fatal"?

Han existido muchas representaciones de la misma, no tan sólo en leyendas  y mitos (sirenas, arpías,  vampiresas...) sino también en obras literarias. Algunos ejemplos de mujeres que encarnan este mito podrían ser  los personajes de Emma Bovary, (Flaubert, 1857); Ana Karenina, (Tolstoi, 1877) y Effie Briest, (Fontane, 1895) y, como no la femme. fatal por excelencia, Lulú (Wedekind, 1891).

Todas estas mujeres se caracterizan, no tanto por un determinado arquetipo físico, sino por unos rasgos morales comunes. Según la escritora Marta Sanz, autora del libro " La mujer fatal" ; ésta presenta las siguientes características: 
"Es sexual, ambiciosa, femenina hasta el extremo o ambiguamente viril, ávida de dinero y poder en ocasiones, ansiosa por disfrutar de su cuerpo, libre hasta la amoralidad casi siempre. La mujer fatal cautiva a hombres y mujeres porque lleva la perdición -la del hombre o la suya propia- en el carácter, porque rompe los tabúes e infunde un temor que acaba seduciendo a los hombres y fascinando a las mujeres. " Según esta autora, que estudia este mito a través del análisis de textos literarios que se hacen eco del mismo a lo largo de la historia, "La mujer fatal no tiene por qué tener una belleza perfecta o una maldad genética".

No obstante, en el cine encontramos ejemplos de femme fatal en los que todas se caracterizan por unos bellos rasgos. No estoy hablando de belleza en el sentido clásico (helénico) de la belleza, simétricas y proporcionadas, sino una belleza que va más allá. Se trata de una belleza inquietante, que perturba y, al igual que las sirenas, anula la voluntad masculina. Ejemplo de ello son grandes actrices como Ava Gadner, Marlene Dietrich o Rita Hayworth y, como no, la eterna musa de la sensualidad, Marilyn Monroe. Todas ellas, en algún momento de sus carreras han protagonizado películas cuyo personaje principal ha sido descrito como de "mujer fatal" porque se identificaban con algunos de los rasgos descritos anteriormente.

                                     














Imagen: Rita Haywoth


Inmediatamente al leer estas declaraciones, la pregunta que me había asaltado en primera instancia se vuelve mucho más profunda, se convierte en algo que va más allá de la simple descripción de un mito, implica el entendimiento de una cultura y unas costumbres sociales para poder ser respondida correctamente. ¿Por qué asociamos estos adjetivos a una mujer?¿Cuáles son las causas por las que, al igual que existe un concepto de "mujer fatal" no existe un mito sobre el "hombre fatal"?

La respuesta se debe a que, durante décadas la sociedad ha convivido con un modelo patriarcal aceptado y promovido por las leyes y costumbres de cada época. En la entrevista realizada por El Mundo a Marta Sanz,  ésta afirmaba: "En la mujer fatal, los hombres reflejan sus miedos frente a lo femenino, que a ellos les resultan fascinantes y misteriosos, una visión que nosotras asumimos pacíficamente". Y es que el mito al que nos vemos refiriendo reúne dos conceptos que el hombre considera peligrosos: por un aparte la capacidad de poder tomar decisiones propias que alteran el juicio masculino unido a una belleza cautivadora y seductora para lograrlo.

Y es que, ya desde Cicerón existía una doble percepción de la belleza, que se mantiene en la época de la Ilustración.  Así, por ejemplo, Kant, en su obra,  "Lo bello y lo sublime: ensayo de estética y  moral", establece una distinción entre "lo sublime" y "lo bello".   A los elementos de la primera categoría les atribuye adjetivos como "inteligencia", "audacia", "respeto"; a los elementos bellos los equipara a  cualidades tales como "ingenio", "cortesía", "finura"... Bajo esta clasificación subyace una clara distinción de géneros, lo sublime son habilidades típicamente atribuidas al género masculino; las segundas quedan relegadas al ámbito femenino, de la mujer doméstica.

... Y llega la femme fatal y  lo revoluciona todo. ¿Acaso una mujer no puede tener autonomía en sus decisiones? ¿ No puede ser inteligente, audaz, tomar las riendas de su propia vida sin ser tildada como un enemigo del género masculino, que impide su propia capacidad de decisión?
¿Es cierto que la excesiva belleza femenina puede alterar el juicio masculino hasta el punto de anular y modificar a su antojo dicha voluntad? ¿Y no podría ocurrir al revés? ¿ Nunca las mujeres nos hemos visto condicionadas por la belleza sublime,  casi apolínea de un hombre, y hemos tomado decisiones influenciadas por éste?. Partiendo de la primera cuestión ¿cómo se explica entonces, la presión constante hacia las mujeres por estar siempre bellas, perfectas y dentro de los cánones estéticos marcados por la industria de la moda en cada momento del tiempo?¿ No responde acaso a la continuación de un modelo patriarcal donde la mujer ha de esforzarse para recibir el beneplácito masculino?.

A pesar de los grandes avances que sea hecho desde los primeros movimientos feministas, las mujeres continuamos siendo las grandes presionadas por la industria de la belleza  y de sus concursos. En este sentido, es revelador el discurso pronunciado por Emma Watson, embajadora de Buena Voluntad de la ONU, en el que abogó por la necesidad de las mujeres de poder tener las mismas oportunidades que los hombres, tomando de manera autónoma y propia todo tipo de decisiones, incluyendo las relativas a su propio cuerpo, tengan las mismas oportunidades laborales y sean tratadas de manera igualitaria a los varones en cualquier parte del mundo.

En síntesis, que una femme fatal deje de ser percibida como alguien peligroso y de quien los hombres deben estar precavidos y alertados,  y que las mujeres podamos ser vistas por la sociedad no sólo como algo bello,  sino también como algo sublime.

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